En los primeros años del siglo XVII, los frailes terciarios o hermanos de la tercera orden franciscana laicos que adoptan parte de las reglas de la vida religiosa estudian distintos lugares para establecer una iglesia propia San Francisco, y El Calvario en Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Según los cánones, era necesario que se escogiera un sitio que al salir de la iglesia estuviera a mil 322 pasos de ella, de acuerdo con la distancia que Jesús recorrió desde el palacio pretoriano hasta el monte de El Calvario, donde fue crucificado. Esa ruta es conocida como la Vía Sacra, y en ella se realizaron las 14 estaciones, señala la obra El tesoro de El Calvario.
De ahí se deriva el nombre de Calle de los Pasos, antes Calle de la Amargura, y que los devotos recorren como penitencia durante el viacrucis.
El primer ejercicio espiritual, en 1619, fue recibido en el lugar donde se erigiría la Ermita de El Calvario, por autoridades y personajes importantes de la ciudad. Quienes portaron algunos elementos propios de la pasión de Cristo, que pertenecían a la más alta jerarquía social de Santiago.
Estas capillas fueron levantadas en el siglo XVII, cuando la ciudad aún era la capital del Reino de Guatemala. Con el tiempo, se convirtieron en un símbolo de la tradición católica y un elemento fundamental de las celebraciones religiosas.
Características
- La calle conecta con la zona sur de la ciudad, en dirección hacia la Ermita del Calvario, punto final del Vía Crucis.
- Las capillas de los Pasos son construcciones sencillas, de estilo colonial, levantadas en adobe y con detalles barrocos.
- Aún hoy, durante las procesiones de Semana Santa, los fieles recorren esta calle reviviendo la tradición de siglos pasados.
Importancia cultural y turística
La Calle de los Pasos no es solo un recorrido urbano, sino un patrimonio histórico y religioso que forma parte de la identidad de Antigua Guatemala. Caminar por ella permite imaginar cómo era la ciudad colonial en sus tiempos de esplendor, mientras se conecta con la espiritualidad que todavía inspira.
Actualmente, es un lugar muy visitado por turistas, devotos y fotógrafos, pues conserva el encanto de la Antigua y ofrece una experiencia cultural que une fe, historia y arquitectura.