La Semana Santa en La Antigua Guatemala es un mosaico de colores, aromas y sonidos, pero también de momentos de recogimiento profundo. Uno de los más conmovedores es la Procesión de Jesús Nazareno del Silencio, que cada Martes Santo recorre las calles desde el Templo del Calvario.

Una procesión distinta y sobrecogedora

A diferencia de otras procesiones cargadas de música y movimiento, la de Jesús del Silencio se caracteriza por la austeridad y el recogimiento. Los devotos visten de negro, portan faroles, y el ambiente está marcado por un silencio solemne, roto únicamente por los pasos de los cargadores y los sonidos de marchas fúnebres suaves. Este ambiente invita a la meditación y a vivir de cerca el sufrimiento de Cristo en su pasión.

El recorrido inicia en la tarde del Martes Santo y finaliza de noche, iluminado por faroles que resaltan la imagen de Jesús cargando la cruz. Sin duda, es uno de los actos más espirituales de la Semana Santa antigüeña.

Tradición, fe y patrimonio

La procesión está organizada por la Hermandad de Jesús Nazareno del Silencio y Virgen de Dolores, que desde 2011 trabaja por mantener viva esta tradición. El Templo del Calvario, situado al final de la Calle de los Pasos, es el marco perfecto para esta manifestación religiosa, pues simboliza el camino de Cristo hacia el Gólgota.

Además, en el atrio del templo se encuentra el histórico árbol de esquisuchil, plantado por el Hermano Pedro, que acompaña a los devotos con su fragancia y simbolismo.

Consejos para vivir la experiencia

  • Llega temprano al Templo del Calvario para apreciar la salida y el ambiente previo.
  • Mantén una actitud de silencio y respeto, ya que es parte esencial de la procesión.
  • Si llevas cámara, evita flash y movimientos bruscos; lo ideal es captar la solemnidad del momento.
  • Caminar junto a los devotos te permitirá experimentar la espiritualidad de esta tradición única.

La Procesión de Jesús Nazareno del Silencio no es solo un acto religioso, sino también un encuentro con la historia y la espiritualidad de La Antigua Guatemala. Participar o presenciarla es vivir la Semana Santa desde una perspectiva íntima y profundamente conmovedora.